Derivado de COVID-19, la economía mundial se ha visto afectada. Los altos índices de cierres de PyME en el mundo, ha hecho que las organizaciones supervivientes reduzcan sus gastos al máximo, desde energía eléctrica hasta recorte de personal. A finales del año 2020, el 33% de las empresas, habían hecho recorte de personal, mientras que el restante mantuvo su plantilla, algunas otras empresas decidieron mover sus instalaciones a oficinas más pequeñas para poder optimizar al máximo sus recursos, logrando reducir hasta un 75% sus gastos.

Los delitos informáticos han crecido descontroladamente. La cantidad de ataques online creció 300% en 2020 y se espera que la tendencia continúe en 2021.

El incremento del teletrabajo ha sido uno de los factores más importantes al momento de analizar el aumento de los ataques cibernéticos a particulares, empresas y gobiernos. La ciberdelincuencia es un problema global que causa, cada año, billones de dólares en pérdidas financieras.

La crisis sanitaria, trajo consigo muchos desafíos, entre ellos la complejidad a la que se enfrentaron muchas compañías al enviar a sus colaboradores a operar desde sus casas sin priorizar la seguridad desde donde accedían.